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Texto: Carmen Isabel Maracara. Fotos: Cortesía Jairo Rojas
Jairo Rojas (Mérida 1980),
ganador del III Concurso Nacional
de Poesía,
convocado por la Casa Nacional de las Letras
Andrés Bello y cuyo veredicto fue anunciado durante
la apertura del 9vo Festival Mundial
de Poesía
de Venezuela,
recupera en sus palabras
el paisaje
familiar de su tierra
de origen,
devolviendo acaso la esencialidad
que recibió
de tal vivencia.
Su
libro, La O azul, fue escogido por un jurado conformado por Luis Alberto
Crespo, Enrique Hernández D'Jesus y dos
poetas extranjeros: la boliviana Jessica Freudenthal y la mexicana Minerva Margarita Villarreal,
convocados especialmente para este certamen que año tras año se enmarca dentro
de la celebración del Festival Mundial de Poesía. “Mi familia pertenece a un pueblo del sur, San José del Sur, un pueblito típico andino, aislado, en la mitad de las montañas, muy rural y que tiene su forma peculiar de ver al mundo. De alguna manera lo rescato en ese libro, La O azul. Está presente en mí, a pesar de que estamos en un mundo globalizado, donde la tecnología es como el centro de todo. Pero hay un mundo paralelo acá mismo”, cuenta.
Para él, es necesario indagar en estos universos íntimos, en los que el tiempo y la vida transcurren de otra manera. “Hay que rescatar muchas cosas de allí. Creo que hay mucha poesía que te ilumina ciertas cosas. O cierta geografía te revela, desde lo evidente, cosas que no habías visto. La geografía ha influenciado mis primeros libros, hay en ellos mucha referencia a la naturaleza que conozco y en la que he pasado gran parte de mi vida, aunque en los nuevos textos estoy trabajando otras cosas”, añade.
- ¿Es decir, que la escritura de este libro te ha permitido recuperar ese espacio? ¿Hay una especie de nostalgia anticipada sobre eso?
- Sí, también, realizar una especie de rescate. Hay cosas que vale la pena no desechar, por cuestiones que el mundo occidental y todo su aparataje va imponiendo. Uno de alguna manera se acopla a eso por necesidad y también por necesidades ficticias. Pero al final se puede decidir si se quiere seguir con eso o probar nuevas opciones o rescatar otras, por ejemplo.
Un camino reciente
Hace aproximadamente cinco años que Jairo Rojas comenzó a escribir “seriamente”, como él mismo arguye. “Nació por una necesidad de expresión, muchas veces de desahogo, como de terapia, pero eso dio pie a interesarme mucho más por la escritura, por la lectura sobre todo. Surgió así, de manera espontánea. Y bueno, es lo que pasa con las grandes obras de arte, que te marcan: el haber leído algo, poetas que me gustaron mucho en esa época, que me han iluminado. De eso se trata también: de encontrar una suerte de respuesta a las clásicas preguntas de siempre, Y fue así: comencé a leer con mucho amor y eso fue la diferencia. Y luego que descubrí la poesía, ya cambié, es otra cosa”.
Entre los escritores venezolanos que le han resonado en su propia voz se encuentran Luis Alberto Crespo y Ramón Palomares. “Me gusta mucho lo que ha hecho y hace Luis Alberto Crespo, su trabajo tiene mucha referencia a su lugar de origen, que es como fundar un lugar nuevamente y a partir de allí, como centro, describir o expresar otras experiencias, de otra índole, pero siempre hay un contexto muy marcado. Y también Ramón Palomares; siento una gran afinidad en el sentido de que su paisaje, su ambiente, es muy familiar, por el hecho de ser andino. Son influencias que están presentes, incluso inconscientemente”.
Las otras
expresiones
Jairo Rojas es Licenciado
en Letras,
mención Historia
del Arte y se define como adicto a la música
y al caminar. Su primer libro,
La rendija
de la
puerta, resultó
ganador de la IV Bienal de Literatura Ramón Palomares (2011).
Participó en el año 2004 en el taller
de creación
literaria dirigido
por Maria Isabel Novillo
y Betulio
Bravo. Ha sido profesor,
bibliotecario, corrector.
Su pasión por otras esferas del arte, en especial la plástica, lo ha llevado a investigar en esta área y ha dado lugar a experiencias de perfomances, happenings, arte efímero en la calle y a la conducción de del blog dibujosalmargen.blogspot.com. “Hay un puente entre diversas artes; entre la poesía y digamos algún video arte y algún performance, siempre existen algunas conexiones que me han interesado. Entonces mi formación también me ilumina con respecto a las letras”.
En cuanto a la poesía que escribe luego del libro ganador de este concurso, confiesa transitar otros caminos diferentes, desmarcados un tanto del lar natal. “También tengo otros textos de ensayo relativos al arte, que es algo que también me gusta mucho, sobre artistas y tendencias que de igual manera alimentan mi escritura”, concluye.
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Un premio
inesperado
La noticia
de haber ganado el premio, confiesa,
le sorprendió,
por tratarse
de un libro con un tópico
rural, aunque
la recibió
con mucha alegría: “Es una forma de retribuir
lo que uno hace. El día anterior al anuncio, yo hablé con un amigo con respeto
a ese libro y le decía que yo lo había enviado, pero que me sentía como desprendido de él y que por su concepto
creía que no iba a tener aceptación, porque
no está dentro del canon de lo que se escribe
ahora, por tocar tópicos
rurales, como dice el jurado, como místicos. Como se trataba
de una zona muy particular del país, de una geografía
muy exacta,
pensé que no iba a conseguir
lectores. Pero al final,
como han dicho los grandes, uno escribe a partir de una necesidad,
para sí mismo y sin embargo
al escribir
para sí mismo está incluyendo a mucha gente y puede ser portavoz
incluso de una comunidad
sin saberlo
o inconscientemente.
Entonces me alegró mucho recibir esa noticia. Yo lo hice como un humilde homenaje
al lugar donde nací y a las personas
que recuerdo
de la infancia”.--------------------------------
lo que me digo, entonces, hermano
es que nos dejemos hundiren el centro de su nombre de agua
que no hemos podido tocar
que crucemos la ciudad fluvial para conocernos
que sigamos la ruta
de los que ya no están aquí y siguen
caminando
que no tengamos miedo de hundirnos en el templo
y postremos la cabeza en el agua
para tener, por fin, los pies sobre la tierra
sobre
azul sobre agua azul
(Fragmento de poema 1 del libro La O azul)
"Uno escribe a partir de una necesidad, para sí mismo y sin embargo al escribir para sí mismo está incluyendo a mucha gente y puede ser portavoz incluso de una comunidad sin saberlo o inconscientemente”