domingo, 22 de marzo de 2015

¿Hay vida?


 
 
“¿Hay vida?”, preguntó el hombre en las escaleras hacia el Metro y quien lo acompañaba hizo un largo comentario, desilvanando la inquietud.

¿Hay vida?; la indagación de todo el planeta cuando el hombre pisó la superficie agujereada del pequeño satélite, que todavía alienta misiones, fuera de este punto minúsculo de la vía láctea dónde habitamos.

¿Hay vida?, se preguntó Pasteur cuando intuyó que diminutos seres habitaban en las manos de los médicos, capaces de llevar vertiginosamente a la tumba a las  parturientas, muertes que se sucedían unas tras otras, que luego se supo eran los microbios. El sencillo gesto de lavar las manos antes de las cirugías y de todo acto médico evitó mortandades.

¿Hay vida?, se dijo a sí mismo el moribundo ante su inminente adiós, con la angustia de quien ya no poseía la certeza de un futuro, de si su alma merecería el cielo de los justos o el ardor eterno de quienes cometieron las equivocaciones humanas.

“¿Hay vida?”, fue la pregunta que hizo un hombre de mediana edad a otro, en el Metro, mientras las masas se agolpaban camino a la escalera, asfixiadas. Ellos no hablaban de ninguna de esas vidas. Era un argot. Aludían a un negocio posible, dinero de por medio, una transacción a lo mejor de dudosa reputación, quien sabe... “¿Tendré vida, hoy?”, me pregunto, mientras termino de subir la cuesta a lo cotidiano y me sonrío ante la compleja sencillez del lenguaje.

Carmen Isabel Maracara 
 
(Crónica)
 
8 de julio de 2012
Foto: AVN