A Leo Posadas
Pasó el incendio
el bosque fue devastado,
su crepitar
irrumpió en el silencio.
Solo quedaste tú,
planta diminuta,
con un verde que apenas despuntaba
a escasos metros de las cenizas.
Te salvó tu condición de comienzo
o tu vocación de misantropía.
O acaso no fue tu voluntad
sino la gracia del pájaro
que esparció tu semilla
en medio de la nada
lejos de todo y de todos.
29-6-2016
(Del libro inédito Apenas sostenidos)
Que hermoso, como ante el hecatombe de la vida, brota de sus cenizas, de la profundidad de la tierra que es resguardo y es sustento, tributo de semillas que nutren los seres que retribuyen vidas
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